Acabar en las residencias de Cheste

 Por Ainhoa Beltrán Pallás, del Colegio Venado

 

 Mi nombre es Ainhoa, tengo 18 años y soy interna en el Complejo Educativo de Cheste.  Mi  sueño desde pequeña era poder realizar mis estudios aquí, y qué suerte tuve aquel 15 de julio cuando me aceptaron para realizar el Grado Medio de Guía en el Medio Natural y Tiempo Libre, sin saber qué me esperaba aquí.

 

La verdad es que vivir en residencias me ha cambiado la vida tanto personal como académicamente. He encontrado nuevas amistades de diferentes sitios y me he dado cuenta que han sido mi gran apoyo aquí dentro.

 

 

Empezar en las residencias: tres puntos de vista

Colegio Lobo

 “Vaig assabentar-me un dia quan eixia de l'institut. De sobte, una amiga em va felicitar i jo no sabia per què. Aleshores em va dir que m'havien seleccionat per anar a Xest. Jo no m'ho creia i vaig consultar les llistes.
Quan vaig arribar a casa, els meus pares encara no hi estaven; així que, els vaig telefonar. Ma mare va entrar a casa en aquell moment i juntes vam fer una videotelefonada al meu pare i al meu germà. Els quatre ens vam alegrar molt.
L'estiu va transcórrer amb molta gent preguntant-me si tenia ganes, si estava segura..., i jo me'n pujava per les parets.
Recorde que el meu primer dia en Xest, era dilluns i me'n van portar els meus pares i vam tindre reunions amb la residència i els entrenadors. A més, mai oblidaré que aquell dia, vaig conèixer a la meua companya d'habitació, una persona molt important per a mi el dia de hui.
Des d'aquell instant, tot ha anat genial: he fet noves amistats, vaig bé a l'institut i em trobe molt còmoda”.

El uso del móvil

 Por Pau Martínez, del Colegio Castaño

 Hoy en día el móvil es una herramienta muy útil gracias a la cual todos nos ayudamos de ella. No obstante, existen aspectos negativos del uso que se le da al móvil.  Uno de los más importantes es la adicción que éste crea, ya que el estar mirando la pantalla, nos roba tiempo de nuestra vida, el cual lo podríamos haber invertido en otras cosas, como pasar tiempo con la familia y amigos, estudiar, etc. Pero al tener tantas fuentes de entretenimiento, nos crea tal dependencia que solo queremos estar mirando el móvil y nos olvidamos de otras cosas mucho más importantes.

 

La importancia del deporte

 Por Martina Català, del Colegio Jabalí

 

El deporte no solo es la práctica de una actividad física, sino que es un pasatiempo que nos ayuda a manteneros sanos mental y físicamente; nos obliga a entablar una relación con el mundo y las personas que nos rodean.

 

Todos sabemos que el sedentarismo y la falta de actividad física son problemas cada vez más graves entre la población, los músculos requieren de movilidad constante para mantenerse fuertes y al no llevar una rutina deportiva adecuada existe el riesgo de desarrollar enfermedades como atrofia cerebral, accidentes cerebrovasculares, demencia, Alzheimer, cáncer o insuficiencia cardiaca congestiva, entre muchas otras.

 

Mi vida alrededor del mundo

 Por Timea Vladoianu, del Colegio Oso

Me llamo Timea, tengo 12 años, practico vóley y es mi primer curso en Cheste. Nací en Transilvania, una región de Rumanía. Mi padre es diplomático de la Unión Europea y por este motivo he vivido en diferentes países del mundo. Desde que nací estoy acostumbrada a cambiar de residencia cada tres años.
El primer país en el que viví fue en Indonesia, en la Isla de Java y en su capital Yakarta, allí estuve hasta los tres años. No recuerdo mucho de esa época porque era muy pequeña pero aún tengo algún recuerdo de su exótico ambiente y de lo exuberante que era su naturaleza. 

Campos de cultivo de Indonesia

  Mi próximo destino hubiera sido Afganistán pero como en ese momento estaba en guerra, viajó solo mi padre y mi madre, mi hermano y yo nos quedamos en mi país, Rumanía. Durante esta época estaba con mi abuela casi todo el tiempo ya que mi madre estaba estudiando para terminar sus estudios de medicina. Me gustaba vivir aquí porque estaba cerca de todos los miembros de mi familia, cuando estoy en otros lugares del mundo, siempre los echo de menos.