lunes, 22 de enero de 2018

Los efectos beneficiosos de la actividad física sobre el cerebro

La mirada sobre el deporte no solo interesa por el interés que tiene sobre nuestra salud; sino también como una herramienta eficaz en la educación.


  Aunque ya nadie duda del interés y valor de una buena cultura del deporte en aras de una educación integral, conviene recordar que el juego, el deporte y la actividad física en cualquiera de sus modalidades es uno de los medios más eficaces para educar. El homo ludens (Johan Huizinga, 1972) que todos llevamos dentro necesita de ese espacio de esparcimiento, ese momento de liberación que el juego permite y que se reconoce como un lugar privilegiado para una educación humanizadora. El deporte puede ayudar al crecimiento y al bienestar físico y psíquico.
Es evidente que el deporte y la actividad física no es la panacea en la educación; pero no menos cierto es que su beneficio no es sólo físico, no sólo nos ayuda a estar en forma físicamente, sino que también nos ayuda a estar en forma mental y socialmente. 
 
Son múltiples los beneficios que el deporte y el ejercicio aportan a la persona que los practica, entre los más importantes: promover el desarrollo e integración social, generar sentido de pertenencia (equipos, clubes), formar en valores y virtudes, ayudar a la convivencia, elevar la autoestima, forjar la disciplina, reducir el estrés, iniciar pautas conductuales hacia una vida sana, prevenir ciertas enfermedades, ayudar a mejorar la postura corporal, mejorar el acondicionamiento físico y estimular nuestro cerebro.
  La antropología contemporánea presenta una concepción unitaria del ser humano; considera al cuerpo no como una parte o dimensión del mismo, sino como expresión y presencia del hombre total, esto es, como un modo fundamental de ser y de realizar la propia vida personal. Desde esta mirada, el cuerpo no se presenta como un conglomerado de átomos, sino como la presencia de todo el hombre. El ser humano no “tiene” un cuerpo, sino que “es” cuerpo, es decir, existe corporalmente (Gevaert, 1971). De esa unidad que somos los seres humanos vamos a hablar un poco y a señalar la importancia de una actividad como es el ejercicio y su relevancia en el conjunto de la persona. 


Desde la conocida expresión latina “mens sana in corpore sano” de Juvenal en sus Sátiras han pasado ya veinte siglos; sin embargo, sigue tan actual como entonces y más si cabe tras los recientes hallazgos de la comunidad científica. (Por cierto, abrimos este paréntesis para encuadrar mejor la cita que decía así en latín ‘Orandum est ut sit mens sana in corpore sano’, en nuestro castellano: Debemos orar por una mente sana en un cuerpo sano. Es evidente que la formación integral de aquella civilización del siglo I consideraba y daba un estricto valor y  gran importancia a la formación intelectual, atlética y espiritual del individuo (mente, cuerpo y alma). 
También hoy se reconoce como evidente la conexión entre salud física y mental; pero además los últimos descubrimientos científicos basados en la observación de los efectos positivos del ejercicio físico sobre el cerebro confirman que el ejercicio produce una gran variedad de efectos sobre el cerebro. El ejercicio es importante para mantener la capacidad intelectual, para protegernos frente a enfermedades neurodegenerativas e incluso para ayudar a disminuir el impacto de algunas enfermedades.
Los diferentes experimentos y observaciones realizadas confirman que la actividad física favorece el mantenimiento de la salud de nuestras neuronas. De una manera sencilla se puede decir que al mover el cuerpo se activan amplias zonas cerebrales. Ya en 1995 se publicó un estudio en la revista Nature que referenciaba las acciones sobre el cerebro como efecto del ejercicio físico. Recientemente se está prestando mayor atención a la conexión ente ejercicio y funcionamiento cerebral. De hecho, los estudios más recientes vinculan los efectos beneficiosos que la actividad física tiene sobre nuestro cerebro. Que el cerebro continua formando neuronas a lo largo de toda la vida es una evidencia científica, y que la práctica del deporte favorece esa generación de neuronas también. Además, el ejercicio mantiene vivos a grupos neuronales que son esenciales para la vida.
En las modernas técnicas de experimentación se ha observado que el ejercicio físico regula la segregación de tres neurotransmisores asociados a una buena salud mental. Estas sustancias son la dopamina, la serotonina y norepinefrina. Del mismo modo, en los diferentes experimentos realizados se ha confirmado que hacer ejercicio estimula la memoria y las funciones ejecutivas del lóbulo frontal, responsable de los procesos cognitivos complejos o funciones ejecutivas , como la atención, la memoria de trabajo o el control conductual.
Podríamos concluir subrayando que la realización del ejercicio físico no solo es beneficioso para mantener un cuerpo atlético sino también para cuidar nuestro cerebro y que éste se encuentre sano, así como prevenir enfermedades neurodegenerativas. Hacer deporte favorece los procesos de excitabilidad neuronal y de plasticidad sinàptica. Esta neuroplasticidad es la asombrosa maleabilidad que el cerebro tiene en la comunicación entre la neuronas en orden a adaptarse a la diversidad del entorno y a la necesidad de dar la mejor respuesta posible; por esta razón incide en la mejora de las funciones cognitivas. 
 
En el entorno que vivimos en el Complejo Educativo de Cheste, tenemos las mejores circunstancias y ocasión para favorecer que  nuestro cerebro tenga una salud de hierro y  que nuestro estudio sea eficaz porque lo preparamos con una adecuada actividad física. Ahora ya lo sabes, si quieres gozar de buena salud y conseguir un estudio eficiente y éxitoso, comienza por hacer deporte.
 

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