Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado:
una alternativa laboral
Extracto de la charla a cargo de Ramón Roig López
Policía Local con más de 30 años de experiencia
EN LA ACTUALIDAD, la imagen que la sociedad tiene de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad –Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Local, Policía Autonómica– es muy positiva. Durante el confinamiento, pudimos comprobar que el trabajo policial va más allá de garantizar la seguridad ciudadana. Entre sus funciones, destacan la protección de las personas y el mantenimiento del orden público; pero no son las únicas.
Entre los alumnos internos del Centro de Residencias, hay un número estimable que está considerando la posibilidad de convertirse en futuros agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Lo que sigue es el extracto de la charla que Ramón Roig López –policía local con más de 30 años de experiencia– dio el 30 de noviembre de 2020 en el Centro de Residencias. Ha trabajado en distintos destinos: Grupo de Operaciones Especiales, patrullas, playas, seguridad ciudadana, UCOS (Unidad de Convivencia y Seguridad), patrulla verde (Unidad de Medio Ambiente - UMA)… Empezó a trabajar en la policía local movido por su interés por la persecución del delito. Tras superar las oposiciones, continúa formándose y obtiene la licenciatura en Criminología. Una parte de la licenciatura versa sobre los conocimientos científicos necesarios para comprender, interpretar, analizar y explicar el comportamiento humano (criminal, delincuencia) y, como le interesa ese campo, inicia estudios de Psicología.
Desde su experiencia como policía, Ramón Roig nos explica el sistema de acceso a las FFCCS. También nos ofrece las claves para superar con éxito esas oposiciones.
En el mantenimiento de la seguridad pública participan tanto el Gobierno de la Nación como las comunidades autónomas y corporaciones locales.
Las Fuerzas Seguridad y Cuerpos de Seguridad del Estado que dependen del Gobierno de la Nación y actúan en todo el territorio nacional están formadas por:
- El Cuerpo Nacional de Policía, que es un instituto armado de naturaleza civil dependiente del Ministerio del Interior. Ejerce sus funciones en las capitales de provincia y en otros núcleos urbanos determinados por el Gobierno.
- La Guardia Civil, que es un instituto armado de naturaleza militar, dependiente del Ministerio del Interior en sus funciones policiales y del Ministerio de Defensa en el cumplimiento de sus misiones militares. Ejerce sus funciones en los términos rurales y en el mar territorial.
Por otra parte, están las Policías Autonómicas, que son institutos armados de naturaleza civil, dependen de las comunidades autónomas y ejercen sus funciones en los territorios respectivos.
Por último, tenemos las Policías Locales, que son institutos armados de naturaleza civil, dependen de los municipios y ejercen sus funciones en los ámbitos territoriales respectivos.
¿Qué es opositar?
Si te estás planteando trabajar como policía –nacional, autonómico o local– o guardia civil, sabrás que tendrás que superar una oposición, que es un proceso de selección para acceder a los puestos de trabajo de la administración pública.
Para poder presentarte a una oposición es necesario que cumplas con los requisitos que se establecen en cada convocatoria: formación, experiencia profesional, nacionalidad, etc. Si cumples con todos los requisitos, superas con éxito todas las pruebas del proceso de oposición y obtienes las mejores calificaciones, podrás conseguir el puesto de trabajo.
Existen diferentes procesos selectivos, como, también, tipos de pruebas y exámenes. Es importante que conozcas con detalle cómo será la oposición a la que deseas presentarte.
¿Cómo me preparo?
Preparar bien unas oposiciones implica una dedicación intensa durante muchos meses. Puedes preparar unas oposiciones por tus propios medios o con apoyo externo. Si partimos de la premisa de que la preparación es el pilar fundamental del éxito en las oposiciones, es recomendable buscar una academia de oposiciones que te permita complementar el estudio autónomo y que te asesore durante tu preparación. Aparte del material multimedia que estará a tu disposición, es fundamental la figura del preparador que pueda brindarte una atención personalizada. El preparador debe ser un apoyo no solo a nivel docente, sino también a nivel emocional: pasarás por muchos altibajos durante el proceso de preparación de la oposición y es posible que te plantees abandonar, un momento en el que puede ser necesaria una figura que te reconduzca por el camino adecuado. Además, esta persona puede realizarte un seguimiento a través de simulaciones de pruebas y conocerá tus puntos a reforzar, haciendo que llegues lo más preparado posible a la prueba real.
Bolígrafos que Ramón Roig agotó durante el tiempo que estuvo preparando oposiciones |
Función pública como alternativa laboral
Las oposiciones son una interesante opción para muchos españoles. Cuando nos hemos convencido de que vamos a prepararla, no debemos agobiarnos: hay que asumir que se trata de un arduo camino que vas a recorrer los próximos meses o años. Todo ello es más complicado cuando además se trabaja. El caso es que hay que tener clara la situación en la que te encuentras para poder optimizar el tiempo y recursos.
Por lo general, lo más normal es que un opositor que se dedique a ello tarde en hacerse con una plaza en las categorías C o D un año o un poco más de un año. Hay personas que pueden llegar a tardar más, pero no por eso debemos caer en el desánimo. Si trabajas, debes pensar que tampoco vas a tener esa necesidad de tener un sueldo sí o sí, porque ya cuentas con él. Por este motivo, lo mejor es no agobiarse y estar tranquilo. Hablamos de un proceso dilatado, pero puede merecer la pena ¿no?
Acceder a la función pública a través de una oposición comporta muchas ventajas:
- Estabilidad laboral: un empleo fijo para el resto de tu vida, con unos salarios garantizados que incluyen retribuciones básicas, complementarias y pagas extraordinarias.
- Conciliación laboral y personal: son muchos los puestos en la Administración que permiten horarios flexibles y mecanismos de conciliación, además de posibilitar la solicitud de permisos, reducciones de jornada, excedencias… sin preocupación respecto a si estará bien vista o no esta petición en el lugar de trabajo.
- Vacaciones: según los cuerpos o categorías, pueden ser más o menos amplias, garantizando el Estatuto Básico del Empleado Público un mínimo de 22 días hábiles. Y a los días de vacaciones se suman los días de permiso retribuidos, destacando el mínimo de 6 días al año por asuntos particulares recogidos en el TREBEP (Texto Refundido del Estatuto Básico del Empleado Público).
- Promoción profesional: dentro de la administración existen opciones de promoción. Siempre que se cumplan los requisitos académicos, puedes comenzar por una categoría y poco a poco ir ascendiendo, y, con ello, mejorando las condiciones salariales todavía más.
- Seguridad laboral: si todas estas ventajas no te han convencido para intentar conseguir una plaza dentro de la administración, tenemos un argumento más: las ventajas de ser funcionario en tiempos de crisis. Durante la última crisis económica vimos cómo los funcionarios públicos mantuvieron sus puestos de trabajo mientras el resto de la población activa veía peligrar su medio de vida. A pesar de la congelación de los salarios, los empleados públicos no engrosaron las listas del paro.
Sin embargo, no podemos obviar que opositar también trae consigo algunos inconvenientes:
- Tiempo de estudio: muchas de estas horas se restan del tiempo libre y los planes con los amigos.
- Incertidumbre.
- Dificultades de gestión del tiempo.
- Frustración por no alcanzar objetivos.
- No se estudia para aprobar, sino para ser el mejor.
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